Lo cierto es que las distintas posturas ofrecen pros y contras que deben sopesarse individualmente, en función de padecimientos como dolor de espalda, embarazo, alergias, reflujo gastroesofágico, ronquidos, síndrome de apnea del sueño y otros.

También porque las necesidades pueden cambiar con el tiempo y adaptarse a un nuevo puesto sin duda puede valer la pena, un esfuerzo que puede requerir un poco de paciencia y perseverancia, pero que sin duda puede hacer posible la adopción de un nuevo hábito.

Profundicemos ahora en las tres opciones.

1 . DORMIR DE LADO

Más de la mitad de los adultos duermen de lado, quizás en posición fetal o un poco más relajados; la principal ventaja consiste en la correcta alineación de la columna vertebral y, por lo tanto, es especialmente adecuado para las personas mayores, que sufren de elasticidad articular reducida y, en general, para aquellos que sufren dolor de espalda y dolor de cuello.

Como decíamos al principio, también favorece una mayor apertura de las vías respiratorias, reduciendo los ronquidos y la apnea del sueño, pero también parece poder ofrecer beneficios a quienes padecen reflujo gastroesofágico.

Sobre todo desde el punto de vista musculoesquelético, es posible optimizar la posición introduciendo una almohada entre las rodillas y otra debajo de la cabeza, esta última idealmente con un grosor diferenciado que soporte el cuello (que queda elevado con respecto al hombro) .

¿Hay un lado para preferir? ¿Derecha o izquierda? Lo ideal es que los expertos de Sleep Foundation sugieran el lado izquierdo, especialmente en el caso de pacientes con reflujo.

¿Hay alguna contraindicación para esta posición? Evidentemente que sí, como todo en la vida, y son dos:

dolor en el hombro, especialmente si el colchón es demasiado duro para garantizar el rendimiento necesario para acomodar el húmero,

riesgo de arrugas… pues sí, en teoría mantener la cara apretada contra la almohada durante muchas horas podría ejercer un efecto de compresión sobre la piel.

2 . DORMIR DE ESPALDA

Una buena alternativa es dormir boca arriba: con la posición supina es posible obtener una correcta alineación de la columna y una buena distribución del peso corporal, lo que es útil, entre otras cosas, para quienes sufren de dolor de espalda. en la parte inferior, a nivel de las vértebras lumbares y en caso de dolor de cuello.

Incluso en este caso, sin embargo, una almohada como la anterior puede ser útil, capaz de sostener adecuadamente el área cervical, mientras permite que la cabeza baje más, pero una buena alternativa artesanal está compuesta por una toalla enrollada apoyada en una tradicional almohada, que obviamente no tiene que ser demasiado alta.

Al estar mirando hacia arriba, el rostro no sufrirá ningún tipo de compresión, reduciendo así el riesgo de empeoramiento de las arrugas.

Los brazos, si es posible, a los lados en lugar de descansar asimétricamente quizás sobre la cara, para mantener al máximo la linealidad de la columna y evitar dolores de hombros o cuello.

Por último, esta posición es útil en caso de congestión nasal, por resfriados o alergias, quizás por el polvo o por mascotas que puedan estar contigo en la cama, siempre y cuando encuentres una posición con la cabeza más levantada mediante el uso de almohadas pero , atención, levantando y apoyando toda la espalda, no solo la cabeza. Para aquellos que sufren de reflujo, a menudo se recomienda colocar dos ladrillos debajo de la cabecera de la cama para inclinar toda la cama, lo que también podría ser una estrategia útil para aliviar la congestión nasal.

¿Quién no debería dormir boca arriba?

  • Mujeres embarazadas
  • Pacientes con reflujo gastroesofágico
  • Pacientes que roncan, padecen apnea del sueño o corren el riesgo de padecerla, por ejemplo en caso de obesidad
  • Personas de edad avanzada.

Si tienes dolor de espalda depende… digamos que como siempre, escuchando tu cuerpo, difícilmente te puedes equivocar, pero puedes encontrar beneficio insertando una almohada si sientes un espacio vacío entre tu espalda y el colchón, o justo debajo. las rodillas, en ambos casos lo que se consigue es aliviar la presión apoyando la curva natural de la columna.

3 . DORMIR SOBRE EL VIENTRE

Dormir boca abajo, en decúbito prono, parece ser la opción menos popular, pero con algunas ventajas específicas, por ejemplo, la reducción de los ronquidos gracias a una mayor apertura de las vías respiratorias; por otro lado, las costillas tienen que trabajar contra el peso de su propio cuerpo, por lo que requieren más energía y predisponen potencialmente a un sueño menos reparador.

A estas alturas no es difícil imaginar las contraindicaciones de esta opción:

  • Mujeres embarazadas
  • Pacientes que sufren dolor de espalda o dolor de cuello, porque la columna se vería forzada a un aplanamiento no natural, así como a una rotación forzada de la cabeza.
  • Sujetos preocupados por la posible aparición de arrugas

Sin embargo, si te sientes cómodo durmiendo en esta posición, es mejor una almohada muy delgada o incluso sin ella, y quizás en su lugar una almohada para aliviar la presión en la columna; finalmente, un buen colchón firme puede marcar más la diferencia que en los casos anteriores.

4 . ¿HAY UNA POSICION MEJOR EN ABSOLUTO?

La respuesta es no, la mejor posición es aquella que te permita disfrutar de una noche de descanso y evitar dolores al despertar: si te encuentras en esta descripción, no necesitas cambiar ningún hábito. En este sentido, puede resultar interesante conocer qué ha surgido en las últimas décadas de los estudios antropológicos que han investigado cómo duerme el ser humano y sobre todo cómo dormía; Daniel Lieberman, en su espléndido ensayo Exercised, cuenta cómo en realidad no existe un principio universalmente observable independientemente de la cultura y la época. No olvidemos, por ejemplo, que la invención del colchón de muelles data de hace menos de 200 años, así como las almohadas que hoy en día damos por sentadas, pero que hasta hace poco eran privilegio de unos pocos, además de ser obviamente menos tecnológico que el actual!