Hola, soy Andrea y hoy quiero darte 5 indicadores para entender si estás entrenando correctamente. Me gustaría empezar haciendo una distinción entre lo que sería la actividad física y el entrenamiento. 

• La actividad física es una actividad no planificada, pongamos un ejemplo para explicarlo: “Hoy hace sol, voy a dar un paseo en bicicleta o a correr por el parque”. 
• Entrenar significa realizar una actividad física que se mide en términos de duración, intensidad y frecuencia, y que conduce a un objetivo deseado. Esta es una actividad planificada. 

El punto de partida es entender si tu plan de entrenamiento ha sido diseñado para conseguir tus objetivos, porque a veces resulta, al profundizar en el tema, que el fabuloso plan de entrenamiento que te han propuesto no es el más adecuado para conseguir el objetivo que es prioritario para ti.

Pero, ¿cómo puedo saber si mi cuerpo se está adaptando positivamente a esta forma de entrenamiento y si realmente estoy obteniendo los resultados que quiero? Básicamente, ¿cuáles son las señales de que estoy en el camino correcto?

Un buen formador debe ser capaz de controlar la formación paso a paso y adaptarla según las respuestas que observe en las pruebas funcionales. Pero esto no se hace con frecuencia, a no ser que se trate de un deportista de competición que trabaje con un equipo y, por tanto, tenga medios para realizar estas pruebas. 

Quiero darte cinco indicadores generales que no dependen del tipo de actividad física que realices. Ciertamente no tienen la precisión de las pruebas funcionales, pero pueden ayudarte a entender si la dirección en la que vas es la correcta, si estás en riesgo de sobreentrenamiento porque las cargas son excesivas, o si simplemente estás entrenando muy poco porque las cargas no son suficientes.

Aumentar la fuerza

No es necesario que esa fuerza se traduzca en un gesto concreto, si se traduce en un gesto concreto y lo has medido, mejor, pero aquí estoy hablando de sensación, de tus propios indicadores personales. A medida que entrenas debes sentirte más fuerte. Si después de 3-4 meses de entrenamiento no notas ningún cambio, si incluso te sientes más débil y tienes la sensación de que te cuesta hacer ciertas cosas, sin duda estás entrenando mal.

Aumento de la resistencia

Sea cual sea el deporte que practiques, el resultado final debería ser más fuerza y resistencia que al principio de tu entrenamiento, si incluso notas más debilidad tu entrenamiento es erróneo.

Mejora del estado de ánimo

Si se siente más negativo, más pesimista, más cansado mentalmente, menos receptivo por la mañana, más irritable, algo va mal. El estado de ánimo es un indicador que aumenta cuando se está haciendo un entrenamiento bien planificado. El estado de humor tiende a mantenerse alto si el entrenamiento es correcto.

Enfermarse menos

En general, deberías ser propenso a enfermar menos, obviamente estoy hablando de enfermedades infecciosas “triviales”, desde la gripe hasta los resfriados, por ejemplo.  ¿Qué significa esto? Traducido a términos más científicos, significa que su sistema inmunológico se está fortaleciendo. 

Ahora bien, el sistema inmunológico es una de las cosas más importantes para nuestra salud integral, y tengo que decir que es una de las cosas más estresadas por el entrenamiento físico, tanto que uno de los fenómenos clásicos en el sobreentrenamiento es precisamente la inmunodepresión. Así que a veces te das cuenta de que has entrenado demasiado porque empiezas a estar más enfermo que antes. 

Dormir mejor

Si el nivel de fatiga de tu cuerpo es el adecuado, debes dormir profundamente, ni mucho ni poco, porque tu cuerpo simplemente está buscando la recuperación que necesita. Si, por el contrario, no se despierta nunca por la mañana o le cuesta dormirse por la noche porque está demasiado nervioso, es posible que haya que modificar algunos aspectos de su entrenamiento.

El entrenamiento físico, como se mencionó al principio, es diferente de la actividad física y también requiere una actitud diferente por su parte. Independientemente del plan que se proponga o del tipo de deporte que se practique, la principal diferencia entre la actividad física y el entrenamiento es que quienes deciden entrenar tienen una idea clara de cuáles son sus objetivos y qué indicadores utilizar para saber si van por el buen camino.

Estos cinco puntos son los más fáciles de usar si quieres tener una idea más clara por tu cuenta, pero mi invitación es que hagas algunas pruebas más específicas.

Ahora es el momento adecuado para dar un verdadero impulso a su enfoque del deporte. No pierdas más tiempo y aprende a entrenar según las reglas científicas. Te propongo que dejes un comentario en este artículo para que puedas recibir una consulta gratuita rellenando el formulario aquí.

¡Te estaré esperando!

Andrea Colombo