¿Por qué me duele el cuello? Acá te decimos algunas razones
25en algún momento de su vida. Este término describe el dolor localizado en la región cervical, aunque en algunos casos puede extenderse al brazo, causando síntomas como hormigueo, debilidad y dolor irradiado, una condición conocida como cervico-braquialgia.
Tortícolis: más allá de un mal dormir
Uno de los cuadros más asociados a la cervicalgia es la tortícolis, caracterizada por espasmos musculares en el cuello. Aunque suele atribuirse a «enfriamientos», en realidad se debe a contracciones del músculo esternocleidomastoideo tras mantener posturas no fisiológicas durante largos períodos, como dormir con el cuello girado. Este espasmo fija las vértebras cervicales, causando un dolor agudo.
¿Quiénes son los más afectados?
Se estima que 8 de cada 10 personas experimentan dolor cervical a lo largo de su vida. Las mujeres son más propensas que los hombres, y el perfil más habitual incluye personas menores de 40 años con ocupaciones sedentarias. Profesiones que requieren largas jornadas frente a un ordenador o conducir, junto con actividades de ocio poco dinámicas, como leer, ver televisión o jugar videojuegos, son factores que incrementan el riesgo.
Causas principales de la cervicalgia
Las razones detrás del dolor cervical son variadas, y entre las más comunes se encuentran:
Mala postura: una postura inadecuada, traumatismos, alteraciones mandibulares o visuales pueden generar tensiones musculares que bloquean las vértebras cervicales. Este bloqueo puede derivar en artrosis cervical por desgaste o incluso hernias discales que afectan las raíces nerviosas y provocan dolor irradiado al brazo.
Contracturas musculares: Los puntos gatillo en los trapecios y la musculatura cervical son responsables de molestias recurrentes.
Latigazo cervical: tras un accidente de tráfico o movimientos bruscos, la rectificación de la columna cervical puede generar dolores persistentes, agravados si no se tratan adecuadamente.
Enfermedades inflamatorias: patologías como la artritis reumatoide o la espondilitis anquilosante también son factores determinantes.
El estrés, un enemigo silencioso
El estrés es otro de los grandes responsables del dolor cervical. Según la medicina oriental, afecta al hígado, la vesícula biliar, el sistema nervioso y el estómago, generando tensiones reflejas en el cuello y la zona dorsal. Estas tensiones, sumadas al bloqueo vertebral, pueden cronificar el dolor si no se tratan adecuadamente.
El papel de la fisioterapia y la terapia manual
El tratamiento del dolor cervical no solo implica abordar las causas físicas, sino también los factores emocionales. La terapia manual, combinada con ejercicios personalizados y una revisión de los hábitos posturales, es clave para aliviar el dolor y prevenir futuras molestias.
El cuidado de la región cervical es esencial para mantener una buena calidad de vida. Identificar las causas y buscar un tratamiento integral puede marcar la diferencia para quienes conviven con esta dolencia.
En el caso de que haya una afección crónica se debe acudir a un profesional. Si quieres comentarnos tu caso puedes contactarnos y hacer una consulta online totalmente gratuita de 30 minutos haciendo clic aquí
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