A pesar de su demostrada eficacia para aliviar el dolor agudo a corto plazo, la efectividad de la Realidad Virtual Inmersiva en casos de dolor crónico a largo plazo aún no ha sido plenamente establecida. En este contexto, una revisión exhaustiva busca arrojar luz sobre los usos aplicados de esta tecnología en el tratamiento del dolor crónico, tanto primario como secundario, según los estándares definidos por la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor.

El estudio, llevado a cabo  entre el 5 y el 10 de enero de 2021 mediante una búsqueda sistemática en bases de datos como Ovid PubMed y Ovid Embase, ha examinado un total de 2118 artículos. De este conjunto, se seleccionaron 44 que abarcaban diversas condiciones de dolor crónico y empleaban una variedad de protocolos de Realidad Virtual, incluyendo juegos, técnicas de atención plena, ejercicio, relajación y habilidades propioceptivas.

Los resultados obtenidos indican que la Realidad Virtual Inmersiva es considerada una intervención analgésica eficaz en el tratamiento del dolor crónico. La satisfacción del usuario, la ausencia de efectos secundarios como el ciberenfermo, y el alivio de síntomas comórbidos subrayan su potencial como un valioso complemento en el manejo del dolor crónico, capacitando a los pacientes para asumir un mayor control sobre sus síntomas.

 

Realidad virtual inmersiva: innovación en la reducción del dolor y la ansiedad en el sector sanitario

En los últimos años, el avance de las tecnologías ha permitido la introducción de herramientas como las gafas de realidad virtual en el ámbito médico. Este desarrollo ha sido objeto de intensa investigación, especialmente en la sociedad estadounidense, planteando la pregunta de si los beneficios observados pueden ser aplicables a la población española.

Países a nivel global ya han desarrollado videojuegos virtuales diseñados específicamente para su uso en el campo sanitario. Ejemplos incluyen juegos como SnowWorld, creado para víctimas de quemaduras, donde los usuarios acumulan puntos lanzando bolas de nieve en un entorno nevado, o Aqua, que sumerge a los pacientes en un viaje submarino interactivo, entre otros.

Otros estudios exploran juegos que ofrecen entornos coloridos e interactivos, donde los pacientes pueden controlar la dirección de un cañón para disparar de forma continua, utilizando el seguimiento de cabeza o dispositivos de entrada como joysticks o ratones.

La relación entre el uso de realidad virtual y la disminución de la ansiedad ha emergido como un aspecto relevante. La ansiedad, caracterizada por una preocupación futura y sensaciones físicas, puede verse atenuada mediante esta tecnología.

Sin embargo, es importante destacar que la realidad virtual puede no ser adecuada para todos los pacientes, ya que la personalidad y las preferencias individuales pueden influir en su aceptación. En tales casos, se sugieren enfoques alternativos como la musicoterapia.

Un estudio de cohortes reveló que, aunque muchos usuarios percibían la realidad virtual como agradable, algunos encontraban las gafas incómodas. Los pacientes más jóvenes, sin embargo, mostraron una mayor disposición a participar, lo que sugiere un posible enfoque para el tratamiento pediátrico.

La presencia de los padres durante los procedimientos con realidad virtual puede mejorar la adaptación del niño y reducir el dolor, según evidencia. Además, las características de la realidad virtual no solo proporcionan distracción para el dolor, sino que también fomentan la imaginación, el movimiento y la autonomía del paciente, con potenciales implicaciones a nivel cerebral.

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