Dolores articulares y su tratamiento: Artritis vs. Artrosis
La artritis y la artrosis son dos enfermedades completamente diferentes, tanto por su naturaleza como por su manifestación. Aunque a menudo suelen confundirse una con otra, la diferencia entre artritis y artrosis es clara, y es importante que los pacientes sepan diferenciarlas.
La confusión entre ambas afecciones puede deberse a que tienen un nombre similar entre otras similitudes. Tanto la artritis como la artrosis son enfermedades reumáticas, es decir, que afectan a las articulaciones. También pueden tener algunos síntomas en común, como el dolor, la rigidez y la dificultad de movimiento. En ambos casos la articulación se inflama y se vuelve rígida, se pierde movilidad, e incluso suelen aparecer síntomas de debilidad y fatiga.
En algunos casos (sobre todo cuando hay inflamación) el dolor no cesa, aun cuando se está en reposo. Sin embargo este dolor parece disminuir con el movimiento. En cambio, en ausencia de inflamación, las molestias están presentes sobre todo cuando se está activo y mejoran rápidamente con el reposo.
La artritis y sus tres tipo de trastornos
La propagación del dolor tampoco es siempre la misma. Generalmente, cuando se afecta una articulación pequeña, el dolor es más limitado que cuando se afecta una articulación más grande. Cuando las molestias se originan en la propia articulación, es posible distinguir tres tipos de trastornos; que también pueden estar presentes al mismo tiempo. Veamos los siguientes casos:
Artritis inflamatoria. Caracterizada por la presencia de inflamación
Artritis no inflamatoria. Se debe principalmente a problemas estructurales o funcionales de la articulación.
Artralgia. Se trata de un trastorno caracterizado por la presencia de dolor articular, que también puede estar asociado a otras enfermedades como el lupus.
La obesidad también puede dañar las articulaciones hasta el punto de provocar dolor, por lo que la prevención del dolor articular también pasa por mantener un peso normal. Ya sea un dolor de rodilla, de muñeca, de codo, de pie o de hombro, el reposo es la mejor terapia en muchos casos no asociados a la artritis. Sin embargo, un poco de actividad física y de fitness también puede ser beneficioso. Por eso, remedios como los baños calientes, los masajes y también los ejercicios de estiramiento suelen ser la forma ideal de recuperar la forma.
La artrosis y sus manifestaciones
La artrosis es una enfermedad degenerativa crónica que afecta a determinadas articulaciones, en particular la columna vertebral, la pelvis, las piernas, las manos y los pies. Puede darse tanto en hombres como en mujeres a partir de los treinta años, y hasta en el 80% de la población después de los sesenta.
Su curso es lento, progresivo y degenerativo, con daños tanto en el hueso como en el cartílago, que desgraciadamente son irreversibles. Las manifestaciones más importantes de la artrosis son la rigidez articular, el dolor, la inflamación y la limitación funcional. El dolor puede ser discontinuo, con fases de exacerbación y fases de bienestar, y a menudo disminuye. Sin embargo, al contrario de lo que se podría pensar, a medida que avanza la enfermedad se van generando «deformidades físicas» que desgraciadamente son permanentes.
Causas y prevención de la artrosis
Las causas: sobrecargas excesivas, acontecimientos traumáticos y procesos degenerativos relacionados con el envejecimiento o un trabajo corporal excesivo, como suele ocurrir en el deporte profesional o en actividades laborales potencialmente perjudiciales.
La prevención: la prevención de la artrosis se basa sobre todo en el control de sus principales factores de riesgo, que son el sobrepeso, las malas posturas y las cargas excesivas y repetidas.
Dicho esto, es hora de disipar, de una vez por todas y a la luz de un sinfín de estudios científicos, el tabú de que las articulaciones afectadas por la artrosis deben utilizarse lo menos posible. De hecho, es exactamente lo contrario. El ejercicio es la panacea para los enfermos de artrosis.
Tratamientos para la artritis y la artrosis
Pilates
Según datos recogidos por la Fundación de la Artritis, el pilates puede ser una buena opción para las personas con artritis que creen que no pueden realizar ninguna actividad física. Los ejercicios, que se centran en trabajar los músculos posturales que mantienen el cuerpo equilibrado y la columna vertebral bien alineada, no traumatizan las articulaciones, los ligamentos ni los cartílagos. Sus beneficios son:
-Mejorar la postura y el control muscular.
-Mejorar la fuerza y la flexibilidad muscular.
-Aumentan la elasticidad y la oxigenación de los tejidos.
-Mejorar el equilibrio y reducir el riesgo de caídas, tan frecuentes en las personas mayores.
-Ayuda a recuperar la movilidad articular.
Además, para quienes sufren de artrosis, los estiramientos que proporciona el pilates ayudan a la circulación sanguínea reduciendo el dolor y la rigidez.
Consejos
En primer lugar, es aconsejable acudir a un centro especializado en Pilates con buenos instructores formados. A continuación, es aconsejable trabajar las zonas afectadas con ejercicios de movilización articular y ligeros estiramientos, para interrumpir, con tiempo y empeño constante, el círculo vicioso que, sin duda, empeora la situación general de quienes padecen esta patología.
Especialmente en las personas mayores, la disminución de la calidad muscular conduce a una concentración predominante de la carga en la rodilla o la cadera, y esta sobrecarga es a menudo la causa concomitante de la artrosis. En este caso, por ejemplo, estas sobrecargas pueden evitarse fortaleciendo los músculos de los miembros inferiores con ejercicios de pilates.
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