Cervicalgia crónica: ¿cómo saber si la padeces?
El dolor de cuello ocasional es común, pero cuando se vuelve recurrente o persiste por largos periodos, podría tratarse de una Cervicalgia Crónica. Identificar esta condición a tiempo es clave para mejorar tu calidad de vida. A continuación, para reconocerla y actuar de forma temprana.
¿Qué es la Cervicalgia Crónica?
La palabra cervicalgia significa, simplemente, «dolor en la región cervical de la columna«. Sin embargo, este dolor puede tener un impacto significativo en la vida diaria, dificultando tareas cotidianas y afectando el bienestar general.
Aunque las causas exactas no siempre son claras, existen varios factores que pueden contribuir a su aparición:
- Estrés emocional: una carga mental constante puede tensar los músculos del cuello.
- Posturas inadecuadas: permanecer largos periodos en posiciones sedentarias o inclinadas, especialmente en el entorno laboral, es un detonante común.
- Factores físicos y psicológicos: trabajos físicos demandantes y condiciones como la depresión también influyen.
¿Por qué se considera «crónica»?
Un dolor cervical se clasifica como crónico cuando:
- Se prolonga en el tiempo: el malestar persiste durante semanas o meses sin disminuir significativamente.
- Es recurrente: aunque desaparezca temporalmente, regresa con la misma intensidad o incluso peor.
Si experimentas estas características, es fundamental buscar atención médica. Detectar una Cervicalgia Crónica a tiempo puede marcar la diferencia en el manejo de los síntomas y prevenir que afecte aún más tu calidad de vida.
¿Cuáles son los signos y síntomas?
Existen tres tipos de manifestación que hablan de diferentes tipos de cervicalgia.
• Dolor tensión generalizado del cuello. El dolor que se extiende desde la región cervical hasta la parte superior de los hombros puede generar tensión y limitar los movimientos del cuello debido a la contracción muscular. Los síntomas más comunes incluyen una movilidad reducida en el cuello, acompañado de dolor que se irradia hacia los hombros o la cabeza.
• Dolor en un lado, constante e irradiado. Otra forma de manifestarse la cervicalgia es cuando el dolor se origina en el cuello y se irradia hacia uno de los hemicuerpos, e incluso puede extenderse a todo el miembro superior. Este tipo de dolor suele ser indicativo de una enfermedad degenerativa en avance, como una hernia discal.
• Dolor muy puntual al movimiento. Cuando una estructura muscular específica de la región cervical se ve afectada, ya sea por una contractura muscular o por un punto de gatillo miofascial activo, el dolor se puede manifestar al mover el cuello o al contraer los músculos de la zona.
¿Cómo lo detectamos?
El diagnóstico de la cervicalgia crónica comienza con una valoración detallada del paciente, que incluye un examen físico exhaustivo para evaluar la calidad del movimiento del cuello y la fuerza de los músculos que lo componen.
Dentro de las pruebas funcionales más comunes para detectar posibles procesos patológicos en el cuello se encuentra el Test de Spurling. Durante esta prueba, el paciente se encuentra en posición sentada, con el cuello flexionado y girado hacia el lado afectado. Se aplica una fuerza de compresión lineal controlada sobre la cabeza para verificar si se provocan síntomas como dolor o parestesias. Un resultado positivo se manifiesta cuando el dolor irradia hacia el brazo del mismo lado que la flexión del cuello, lo que podría indicar compresión de una raíz nerviosa cervical.
Si los resultados de la valoración inicial no son concluyentes, se recomienda realizar pruebas de imagenología, como radiografías, tomografía computarizada o resonancia magnética. Estas pruebas permiten una evaluación más detallada de los músculos, tendones, ligamentos, discos intervertebrales y otras estructuras del cuello.
En el caso de que haya una afección crónica se debe acudir a un profesional. Si quieres comentarnos tu caso puedes contactarnos y hacer una consulta online totalmente gratuita de 30 minutos haciendo clic aquí
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